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Trasfondo

Desde la década del sesenta, el Gobierno de Puerto Rico ha participado en varios esfuerzos dirigidos a estudiar y presentar recomendaciones sobre aquellos aspectos que afectan la situación de los recursos de agua del País. Entre los estudios realizados se destacan los siguientes:

  1. • Water Resources Assessment for Puerto Rico, DRNA, 1973
  2. • Water Resources Assessment, WRC & DRNA, 1975
  3. • Island Wide Water Supply Study for Puerto Rico, USCOE, 1980
  4. • Island Wide Water Supply Implementation Plan, AAA, 1983
  5. • Borrador Plan de Agua de Puerto Rico, DRNA, 1984
  6. • Informe al Gobernador sobre la Situación y Perspectiva de la Demanda y Oferta de Agua en Puerto Rico servida por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), DRNA, 1988.
  7. • Plan Integral de Conservación, Uso y Desarrollo de los Recursos de Agua de Puerto Rico, DRNA, 1996

Cada uno de estos esfuerzos, en su momento, aportó a aumentar el nivel de conocimiento sobre el recurso y ayudó a sentar las bases respecto a su planificación y administración en Puerto Rico. Enmarcándonos dentro del contexto internacional hay que incluir como antecedente la Conferencia Internacional sobre el Agua y el Medio Ambiente de Dublín, 1992, donde se establecieron cuatro principios que siguen vigentes:

Principio Número 1: El agua dulce es un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo y el medio ambiente.

Principio Número 2: El aprovechamiento y la gestión del agua deben inspirarse en un planteamiento basado en la participación de los usuarios, los planificadores y los responsables de las decisiones a todos los niveles.

Principio Número 3: La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del agua.

Principio Número 4 El agua tiene un valor económico en todos sus diversos usos en competencia a los que se destina y debería recocérsele como un bien económico.

ManantialEn el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (Informe, ONU, 2005) adopta los siete desafíos en la Declaración Ministerial de La Haya, Naciones Unidas los cuales sirven como criterios para medir el progreso de los pueblos respecto a la gestión de agua. A estos se le sumaron cuatro adicionales para ampliar el alcance del análisis que se hace en el Informe. Este plan, cubre los once temas adoptados por las Naciones Unidas como fundamentales para la administración del recurso agua en cada país. Los once desafíos son los siguientes:

 

1. Cubrir las necesidades humanas básicas – asegurar el acceso al agua y a servicios de saneamiento en calidad y cantidad suficientes;

2. Asegurar el suministro de alimentos –sobretodo para las poblaciones pobres y vulnerables, mediante un más eficaz del agua;

3. Proteger los ecosistemas –asegurando su integridad a través de una gestión sostenible de los recursos hídricos.

4. Compartir los recursos hídricos –promoviendo la cooperación pacífica entre diferentes usos del agua y entre Estados, a través de enfoques tales como la gestión sostenible de la cuenca de un río.

5. Administrar los riesgos –ofrecer seguridad ante una serie de riesgos relacionados con el agua.

6. Valorar el agua –identificar y evaluar los diferentes valores del agua [económicos, sociales, ambientales y culturales] e intentar fijar su precio para recuperar los costos de suministro del servicio teniendo en cuenta la equidad y las necesidades de las poblaciones obres y vulnerables.

7. Administrar el agua de manera responsable, implicando a todos los sectores de la sociedad en el proceso de decisión y atendiendo a los intereses de todas las partes.

8. El agua y la industria –promover una industria más limpia y respetuosa de la calidad del agua y de las necesidades de otros usuarios.

9. El agua y la energía –evaluar el papel fundamental del agua en la producción de energía para atender las crecientes demandas energéticas.

10. Mejorar los conocimientos básicos –de forma que la información y el conocimiento sobre el agua sean más accesibles para todos.

11. El agua y las ciudades – tener en cuenta las necesidades específicas de un mundo cada vez más urbanizado.

Este nuevo esfuerzo por elaborar un Plan de Aguas, incorpora adelantos en la tecnología de informática, particularmente los desarrollos ocurridos en los sistemas de información geográfica. Además, tiene un enfoque holístico, adopta las nuevas tendencias que se observan en el campo de la planificación integral a nivel internacional y plantea un modelo de desarrollo sostenible aplicado a la planificación y administración del recurso agua.